La ley de la atracción no funciona cuando quieres desde la carencia

Durante mucho tiempo, cada vez que deseaba algo intensamente, parecía alejarse más. Era como correr hacia una mariposa y verla volar lejos. Hasta que un día, agotada de "querer" sin recibir, me rendí. Dejé de suplicar y comencé a confiar. Fue allí cuando la magia ocurrió: las cosas comenzaron a llegar por sí solas. Porque la ley de la atracción no funciona cuando quieres desde la carencia.

Ese cambio de mentalidad me costó años de dolor y confusión. Me había leído todos los libros de manifestación, había hecho tableros de visión, afirmaciones, meditaciones... y aun así, no pasaba nada. ¿Por qué? Porque, aunque hacía todas esas cosas, lo hacía desde la desesperación. Desde el miedo a quedarme sola, desde la urgencia económica, desde la carencia emocional. No era lo que hacía, era desde dónde lo hacía.

Un día, llorando en el piso de mi cuarto, entendí que mi deseo no era el problema. El problema era el miedo desde el que deseaba. Y ahí cambió 

La ley de la atracción enseña que atraemos aquello en lo que enfocamos nuestra energía. Pero cuando decimos "quiero una pareja", "quiero dinero" o "quiero sanar", en realidad estamos hablando desde una ausencia, desde la falta.

El universo no responde a palabras vacías, sino a frecuencias emocionales . Si tu deseo está cargado de miedo, duda o desesperación, tu vibración es baja, y eso es lo que atraes.

El universo no te da lo que "quieres". Te da lo que sientes.

Por eso, la ley de la atracción no funciona cuando quieres desde el miedo , porque el querer proviene de la idea de que "aún no lo tengo", lo que refuerza más escasez.

Además, querer en exceso genera ansiedad. Y la ansiedad tiene una frecuencia tan baja que actúa como un muro energético. Cuanto más ansías algo, más lo alejas. Porque en vez de confiar, estás intentando controlar. Y el control es hijo del miedo, no del amor.

1. Deja de querer y empieza a asumir

No digas "quiero tener una casa". Di: "Voy a tener mi casa", o mejor aún, "Mi casa ya está en camino". La diferencia está en la emoción interna que genera la afirmación.

Cuando asumes que lo que deseas ya es una realidad energética, entras en sincronía con esa frecuencia. Cambia tu foco del futuro al presente. De la carencia a la abundancia.

2. Vive como si ya lo tuvieras

Actúa, piensa y siente como si eso que deseas ya fuera parte de tu realidad. Si quieres amor, comienza a tratarte con amor y gratitud todos los días.

Compra flores para ti. Cocina algo rico para ti. Celebra tus logros como si tu pareja soñada ya estuviera a tu lado, celebrándolos contigo.

3. Agradece anticipadamente

El agradecimiento tiene una frecuencia muy elevada. Agradecer por lo que viene como si ya estuviera aquí, eleva tu vibración y sincroniza tu energía con la manifestación.

No se trata de fingir. Se trata de confiar tanto , que el agradecimiento se vuelve inevitable.

• Suplicar : Querer con desesperación, mendigando al universo. Cuando suplicas, estás diciendo "yo no merezco".

• Dudar : Manifestar pero luego pensar "esto no es para mí". Cada pensamiento negativo anula tu decreto.

• Vibrar en carencia : Sentir constantemente que "no tengo" o "no merezco". Esto genera más experiencias de carencia.

• Solución: Respira. Repite afirmaciones desde el amor. Reconéctate con tu poder y confía en los tiempos del universo. Practica el desapego amoroso: desear sin necesidad, soltar sin perder la fe.

• "Todo lo que necesito ya está en camino."

• "Soy merecedora de abundancia y amor."

• "Confío en el universo y en sus tiempos perfectos."

• "Ya soy quien deseo ser."

• "Lo que es mío, me encuentra con facilidad."

• "Mi vibración atrae milagros."

• Dichas desde el corazón, estas afirmaciones cambian tu estado energético. Son anclas de amor propio, fe y poder creador.

María quería un trabajo nuevo. Rezaba, enviaba currículums, lloraba... hasta que un día se rindió y soltó. Empezó a escribir en su libreta: "Gracias por el trabajo que amo y me llena". En menos de un mes, recibió una llamada inesperada. Hoy vive su sueño. Porque soltó el querer y comenzó a sentir.

Así también le pasó a Sofía, que durante años deseó una relación estable. Hacía todos los rituales, pero en el fondo sentía que nadie la iba a amar. Todo cambió cuando comenzó a decir: “Gracias por el amor que ya está en mi vida”. Dos meses después, conoció al amor de su vida en la fila de un supermercado.

Deja de vivir esperando que las cosas cambien desde fuera. Todo cambio verdadero comienza dentro. Cuando entiendes que tu vibración es el idioma del universo , dejas de pedir y comienzas a sentir. Y ese sentimiento crea.

Tu vida es un espejo de tu frecuencia. No es magia. Es ley.

Si tu emoción es de angustia, el universo responde con caos. Si tu emoción es de paz, el universo responde con armonía. Eres creadora. No necesitas suplicar, necesitas confiar.

¿Por qué la ley de la atracción no funciona si quiero algo con todo mi corazón?

Porque si ese "querer" está lleno de miedo o desesperación, estás vibrando en carencia. La emoción que genera el deseo es más importante que el deseo mismo.

¿Qué puedo hacer si siento ansiedad por lo que quiero manifestar?

Vuelve al presente. Respira. Agradece lo que ya tienes. Y recuerda que lo que es para ti, está en camino. La ansiedad te aleja, la confianza te acerca.

¿Debo dejar de pedir?

No se trata de no pedir, sino de pedir desde la certeza . Decretar. Sentir que ya es. Eso cambia toda la energía de tu manifestación.

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